11 oct 2016

Bear Gaymer: Dying light

En lugar de perder mi tiempo haciéndome fotos cutres en el parque, debería estar comprando una Xbox One S.
Los días en los que no estoy follando, de fiestas exóticas con muchos osos, o calentando la polla al personal, juego con mi maravillosa Xbox One edición Chubby, exclusiva sólo para la élite y para el que tenga el dinero para comprarla. Bueno, basta hablar de mi tema favorito, de mí, y voy a hablar de lo último a lo que estoy jugando: Dying Light.
Yo jugando por streaming en mi portátil con Windows 10 (en realidad uso Lubuntu y ese no soy yo, que hay mucha gente que se traga cualquier cosa).
Primero hablemos de la historia, que es la típica en estos juegos gaymer: Eres una fashion victim que no se come nada en el rollo delgado/musculoca, así que pasas de depilarte y dejas crecer algo parecido a una barba de tres días para irte a una quedada, pero pronto te das cuenta de que medio gimnasio ha tenido la misma idea y estás con la misma gente que ya te has follado anteriormente y encima han traído a sus mariliendres. Pero ese no es el drama, el drama es que las pastillas que te han pasado están en mal estado y te encuentras con diarrea o algo parecido, y tienes suerte porque a los otros los han dejado como atontados, pero no ese atontamiento que tienen normalmente, si no como si no se hubieran ciclado en 3 meses.
No te metas con los etíopes con barba, que desde que las focas o se han muerto de un infarto o ya no podéis salir de casa, no dejáis ni un puto euro en los beareventos.
Y ahí empieza el juego. Debes salir de la ciudad donde se celebra la quedada sin que te cagues vivo y sin que te coja una locaza de esas y te coma la oreja, pero literalmente, ya que las pastillas caducadas les han dado apetito de carne humana. En tu intento de salir de ahí te encontrarás con gente que simplemente vivía en esa ciudad y que ahora no pueden salir a la calle, con lo que necesitan un chico de los recados. Así que te pones a hacer favores y te sacas una pasta para poder comprarte el nuevo iPhone 7 con su novedosa y exclusiva cámara doble, que nunca nadie ha pensado antes (sólo HTC y otras compañías mucho antes).
¿A quién coño le importa la doble cámara? Si sólo me hago selfies.
El planteamiento es sencillo, pero los favores se hacen cada vez más complicados, más absurdos y más repetitivos. Vamos, que eres un repartidor que, en lugar de ir en moto por la ciudad como un puto loco, vas haciendo parkour, que es algo muy moderno y cool. Y eso es todo, no hay mucho más. Bueno si, una especie de trama para acabar con un grupo de etíopes que al final no se qué pasaba, vamos, que no me interesaba.
Trama principal que no he llegado a entender.
Y es que el juego peca un poco de repetitivo y de una historia poco interesante. No te importa qué está pasando, ya que la gracia es ir por lo tejados dando botes, matar zombies, rebuscar cosas y crear nuevas armas. La edición que he jugado viene con todos los DLC que han sacado, incluyendo uno en el que vas con un coche a hacer lo mismo que hacías antes, pero en coche. Y pasa lo mismo, que está guay, pero eres un correveydile y al final se hace pesado.
Yo después de 3 horas llevando una cosa superimportante al otro lado, literalmente, de la ciudad.
En conclusión: Es un juego normalito, que si te sale muy barato vale la pena, pero que peca de una trama simple y una acción repetitiva. Para jugar cooperativo está muy bien, pero no será el juego de nuestra vida. Eso sí, si tienes una PS4 es una compra obligatoria, ya que no creo que tenga un catálogo como para ir siendo exquisito.
¡Saludos!

0 comentarios:

Publicar un comentario