6 jul 2016

Orgullo LGTBI Madrid 2016: La crónica social.

Yo vestido en plan modosito para salir en plan calientapollas.
Este año no he asistido a la gran celebración del Orgullo Pride (queda menos insultante para los heteros) LGTBI en Extremadura, ya que se ha celebrado en Mérida para que no ocurra como ha pasado en Badajoz los últimos años donde ha colpasado la ciudad. Es Coña. Así que para sentirme algo más reivindicativo me he ido a Madrid a vivir la fiesta desde el mejor lugar.
Yo celebro el orgullo en mi yate privado tomando bebidas con nombres gais como esta: In & Out.
Y así ha sido, menos de 48 horas en Madrid que han sido muy intensas. Después de llegar el viernes al hotel y practicar sexo salvaje en la habitación como hago normalmente en plan ritual de iniciación de la fiesta (esto es falso, después de 4 horas de viaje y a cierta edad te tienes que replantear tus prioridades o tomar muchas drogas), salí por Chueca a la aventura, es decir, cenar en el chino de siempre, ir al chino de siempre y comprar la Sangría Don Simón de siempre y ponerme en la misma zona de la Calle Pelayo, donde el oserío. Ahí, a lo loco, viviendo a tope.
Así soy yo, experimentado con la vida, dormido en los aseos de un centro comercial, oh yeah!
Además, estaba acompañado de gente guapa y agradable y, lo mejor de todo, no eran personas inventadas, es decir, no hablaba a una botella vacía de Don Simón con una cara pintada para no parecer tan triste y solitario como es habitual. Alguno hasta se sorprendió de que hablara con otros seres vivos y no estuviera compartiendo una cerveza a medias (normal, por el precio de una cerveza te dan 1 litro de sangría y 2 macetas/minis con hielo). El Sábado fue igual de bien, pero algo más cansado. Además estuve en el Fraggel Pop el tiempo suficiente para cantar un poco a pleno plumón, así que tope. Todo muy bien y divertido.
Ven, vamos a disfrutar, hay sangría Don Simón... y otra cosa que es igual de ancha que la boca de la botella...
Pero no todo iba a ser perfecto. Tenía pensado ir a la manifestación, pero empecé a ver gente rara por Chueca, vestidos de una forma grotesca, que en un momento detallaré, y se me quitaron las ganas de reivindicar cosas reivindicativas. Así que voy a decir una cosa antes de detallar a estos espantajos, que si no lo hago ya, reviento: estoy cansado de que gente así vaya a la manifestación con esas pintas, no me representan y hacen que el patriarcado heterosexual no nos acepte en sus filas de heteronormalidad. ¡¡NO ME REPRESENTAN!!
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Imagino que más de uno sabe de lo que hablo y habrá visto a muchos gais con pantalones pirata tanto por chueca como por la manifestación. Es horrible que la gente siga usando esa prenda y se cubra bajo el amparo de la bandera arco-iris. Una cosa es tolerancia y otra, circo. Siento ser tan radical, pero creo que esa gente empaña nuestra imagen como colectivo y hace que los normales piensen que todo tenemos un gusto penoso a la hora de vestir.
Y en el próximo programa trataremos las terribles historias que hay detrás de la gente que usa gorra de béisbol en todas partes.
Pero que nadie piense que esa gente me da asco, soy muy tolerante y tengo amigos que usan pantalones pirata, aunque suelo decir que son heteros para no sentirme representado.
¡Saludos!

2 comentarios:

  1. Y ahora me vas a decir que en la foto aparezca justo el grifo ahí practicamente en plena entrepierna es algo casual verdad? Que no es un truco para que por asociación mental pensemos en la longitud de la cañería? Aunque ha decir verdad la tendría un tanto torcida entonces.
    Yo el orgullo éste año ni lo pisé, lo siento pero ya estoy mayor y me agobio con éstas cosas, además me hubieras apedreado, porque SI, YO LLEVO PIRATAS.
    Además soy etíope y nos peleamos (imaginariamente por supuesto, en la realidad nos ignoran por igual) por la mitad de los osos de ésta página, así que me puedes odiar aún un poco más.

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    1. Pues no me había fijado en eso, pero es verdad, seguro que se hizo la foto así para que nos imagináramos un gran pollón, igual que esa mancha en el espejo en la zona paquetera que hace entender que está contento de conocerse.
      Pues este año estaba muy bien, no había mucha gente gracias a que todos los conciertos estaban fuera de Chueca, además la temperatura acompañaba, calorcito para que los gorditos estuvieran sudando y con las camisetas pegadas al cuerpo.
      No te hubiera apedreado, te hubiera saludado, hubiéramos hablado un rato, tomado algún mini de sangría a medias y luego te hubiera arrancado la cabeza y prendido fuego como advertencia para otros que usen piratas. Y también para evitar la competencia, que el rollo gordo-bollo está de capa caída.

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